El tope de gama deportivo de la Serie 8 se llama M8. Está disponible en carrocerías Coupé y Cabrio y en ambos casos, está animado por un motor V8 de 4395 cm³ (4,4 litros) TwinPower biturbo con una potencia máxima de 625 CV (616 HP; 460 kW), para la versión M8 Competition. Todos los M8 emplean un sistema de tracción total permanente M xDrive, con la peculiaridad de que es posible desactivar el eje delantero para una experiencia de conducción más purista. Su cambio es un automático M Steptronic de ocho relaciones y convertidor de par que, pese a ser un coche pesado, es excepcionalmente rápido y dinámico, capaz de hacer el 0 a 100 km/h en 3,2 segundos. En otros mercados se vende con 600 CV (592 HP; 441 kW), mientras que en Europa sólo se venderá la versión M8 Competition.
Su tren de rodaje está compuesto por elementos de primer nivel, como frenos carbono-cerámicos con discos de 400 mm (15,7 plg) de diámetro en el eje delantero o un diferencial autoblocante controlado electrónicamente. El nivel de personalización del chasis no sólo afecta a motor, caja de cambios o sistema de tracción total, sino que también cuenta con dos tarados diferentes para el sistema de frenado, “Comfort” y “Sport”. A nivel estético y de equipamiento, está muy diferenciado de los demás Serie 8, gracias a un kit aerodinámico agresivo, colores únicos y detalles específicos como nuevas llantas de hasta 20 pulgadas (508 mm) o un volante deportivo.
También cuenta con un eje trasero directriz, que le ayuda a redondear las curvas y ser más ágil, así como una serie de accesorios M Performance que llevan un paso más allá la dinámica del coche más deportivo de la marca. Están especialmente indicados para aquellos que van a acudir a circuitos y track-days con el coche.